domingo, 24 de abril de 2011

PEP Y MOU.


Aclaramos antes de nada que no somos aficionados ni del Barcelona ni del Real Madrid. Lo éramos del Mallorca en los viejos tiempos, pero desde que tiene dueño, sus propietarios nos han hecho perder también la ilusión por nuestros colores aunque no la afición por el fútbol, esta no nos la quita nadie.

A lo que íbamos. La final de la copa del Rey para nosotros -que por lo que hemos dicho hace tiempo que vemos el fútbol sin pasión ni condicionados por nada-, fue uno de los partidos, por no decir “el partido” mejor que hemos visto en todos los años. Sí hemos escrito bien, en todos los años, incluido los diversos mundiales con la selecciones Brasileña, Alemana, Argentina, etc. etc. que siempre nos suelen brindar espectaculares encuentros.

Puede ser que la Copa del Rey sea un torneo “laight” como han dicho algunos técnicos y jugadores, pero los que vimos el partido sin pasión, observamos que ese día se jugó mucho más que la Copa del Rey. Se enfrentaban los dos equipos que en la actualidad son los mejores del mundo, dirigidos por dos técnicos que también dicen los entendidos que lo son y si hemos de ser sinceros, viendo lo que han conseguido cada uno en el tiempo que llevan entrenado los dos, creemos tienen razón los que afirman eso.

Lo que ha conseguido “Pep” con el Barcelona es casi imposible que se vuelva a repetir. Lo ha ganado todo con ese equipo. Ha sabido inculcar a los jugadores un sistema de juego basado en la técnica que tienen todos ellos, conseguida en la mayoría de los casos en la Masía, esa escuela de fútbol y mucho más que tiene el Club Catalán. Excelente la labor que allí se realiza visto el resultado que ofrecen los jugadores que salen de la misma. Además de dominar perfectamente el deporte del balón pie, saben estar, hablar, comportarse, no hacen ostentación de su condición y saben actuar siempre con educación y respeto. Esto, la gente lo aprecia muchísimo, porque en fútbol no todo es saber darle patadas a la pelota. La grandeza de este deporte conlleva muchísimo más. Estamos cansados de ver a “divos” futboleros que salen de las calles de su países, sin estudios ni cultura y que de noche a la mañana se encuentran con una fama y sobre todo dinero que les hace creer que son “los reyes del mambo” hasta que se estrellan de nuevo en sus raíces. Pobres chicos.

De las escuelas de fútbol de reconocido prestigio como La Masía (Barcelona), Lezama (Bilbao), Mareo (Gijón) y alguna otra perteneciente a un club grande, salen jugadores de primera clase para la práctica del fútbol que los verdaderos aficionados sabemos reconocer. No obstante, hay gente que está confundida -movida creemos por sus colores- cuando afirman que estos jugadores al ser de la cantera, no cuestan prácticamente nada a sus clubes. Eso no es cierto. No tiene nada que ver que un jugador “puntual” le salga a un Club cualquiera de sus equipos base con proyección de futuro (cada año tenemos a alguien que sobresale) que un Club de los mencionados dedique gran parte de su presupuesto a formar jugadores. Nada tiene que ver. El mantener esas infraestructuras es carísimo para los clubes. No hay que confundir los términos porque el mantener por ejemplo La Masía al Barcelona le debe haber costado al Club muchísimo dinero y por los tanto los jugadores que de allí salen son jugadores caros en los que el Club está invirtiendo desde que eran niños y durante bastantes años su buen dinero en ellos. No vale pues decir que el Barça juega con 6, 8 o 10 jugadores de la cantera para menospreciar a los otros equipos, porque estos jugadores le han costado casi igual que el jugador “puntual” que se ficha cada año de otros clubes como figura. Y eso pocos equipos se pueden permitir el lujo de hacerlo. Por lo tanto, para algunos aficionados se valorará más a los buenos jugadores que salen de las escuelas de sus clubes y para otros será más importante que su Club fiche a golpe de talonario a las figuras que sobresalen en cualquier equipo del mundo. Son dos sistemas de entender el fútbol.

El  Barça, con el tiki-taka (auténtica exhibición de técnica futbolística) que “Pep” ha logrado que sus jugadores plasmen en el campo continuando la escuela de Cruiff, es una delicia para los que nos gusta el fútbol como deporte sin más. Si a esa inmejorable técnica, le añadimos la velocidad, la vista, los reflejos, la intuición, los desplazamientos, el desmarque, la presión, etc. etc. que ofrecen sus jugadores, el espectáculo está servido.

Los entrenadores, la mayoría de ellos, han intentado combatir ese sistema sin conseguirlo. Cuantos partidos vemos que los contrarios acaban agotados tras ir detrás del balón de un lado para otro -como hacen los niños pequeños-. No saben contrarrestar ese juego “10” que practica el Barça. Sin embargo, Mourinho, después de la manita que le endosó el Barcelona esta temporada en la primera vuelta, ha demostrado ser un extraordinario entrenador porque no solamente ha sabido contrarrestar ese juego preciosista que practica el Barcelona sino que, además, le ha sabido vencer y arrebatarle la primera final. En la primera vuelta, Pep le dio una lección. En la segunda y sobre todo en la final se la ha dado Mourihno.

A los que nos gusta este deporte y vimos ese partido sin pasión por ninguno de los dos contendientes, presenciamos un auténtico recital de fútbol, tanto por parte de los jugadores como por los dos técnicos. Los aficionados imbuidos en sus colores, a veces sólo se dan cuenta del planteamiento que hacen los entrenadores sobre la estrategia del sistema de juego inicial de los equipos, pero no se dan cuenta de cómo van cambiando ese sistema, en virtud de las distintas tácticas que van empleando sus técnicos en el transcurso del partido. Se ha de fijar uno porque si no, sólo ves al jugador que tiene el balón. Los jugadores del Barça, fieles a su juego, intentaron romper la barrera que el Madrid les puso en su propio terreno e intentaron deshacer esa barrera una y otra vez sin éxito durante la primera parte. Mourinho (decimos Mourinho porque los jugadores hacen lo que les dice su entrenador) renunció esta vez a la posesión de la pelota (no como en la primera vuelta que corrieron como niños detrás del balón) y esperó al Barça en su propio campo para tejer una barrera infranqueable en muy poco espacio para después, cuando caía el balón en su poder, atacar en tromba a la contra. Dice Mourinho que sus jugadores deben atacar y defender los 11. Es verdad que lo hacen. ¿Se había visto alguna vez a los delanteros del Madrid bajar a defender hasta su área?. La verdad es que nosotros no habíamos visto nunca jamás un esfuerzo como el que realizaron todos los jugadores del equipo blanco. Nos sorprendió el afán de entrega de Pepe, “Manolito”, Di María y Cristiano por poner unos ejemplos. Esos jugadores que hemos mencionado, son jugadores del grupo de los “divos” que no han salido de ninguna escuela de fútbol y que lo tienen ya todo ganado. Es muy difícil motivar a ese tipo de jugador. Todo lo contrario que a los otros que saben lo que es jugar en equipo desde pequeños y esforzarse en bien del conjunto. Si un entrenador sabe conseguir que un jugador como Cristiano corra y se esfuerce como lo hizo en la prórroga el madridista… ¡chapeau!. Ese entrenador tiene algo que los demás no tienen. Se ha de reconocer.
Nos sorprendió el técnico del Madrid en la primera parte y nos sorprendió el técnico del Barça en la segunda. Pep se dio cuenta del cambio de estrategia de Mourinho en la primera parte que contrarrestaba su sistema perfectamente. El Tiki-taka no funcionaba con la estrategia que Mourihno había planteado. Tuvo Pep que aleccionar a sus jugadores en el descanso para no dejarse sorprender y lo consiguió. En la segunda parte vimos otro partido y el Barça, con un sistema distinto, volvió a ser el de siempre.

En definitiva, un auténtico partidazo que debió dejar sumamente felices a unos y con enorme decepción a otros, pero a los que vemos el futbol con objetividad, sin pasión, aquello nos supo a gloria porque jamás habíamos podido disfrutar de un encuentro de fútbol tan completo como aquél. De verdad que se merecen los dos técnicos y jugadores la admiración de todos por habernos ofrecido la grandeza del fútbol en cinemascope. Que mal y antiguo suena esto. Pero es verdad.

Visto lo que vimos, no nos atrevemos a vaticinar nada sobre la próxima eliminatoria de la Champions. A buen seguro que los aficionados de uno y otro equipo sí lo harán. Lo que a nosotros nos gustaría es que se volviera a repetir un duelo como el pasado miércoles y que se disputen los dos partidos de las eliminatorias con deportividad. Jugadores como estos no tienen porqué acudir a recursos futboleros rudimentarios como la fuerza, la provocación o la violencia. Sus entrenadores, estamos seguros, que no les van a aleccionar por este camino. Eso lo hacen los entrenadores y jugadores que no saben jugar.

No podemos decir eso de que gane el mejor, porque mucho nos tememos que no sabremos quién será el mejor de los dos. Ambos tendrán sus oportunidades, ya lo verán, y el que sepa aprovecharlas será el que gane. A veces en fútbol tiene algo que decir eso que se llama “suerte”. Ah, y no se dejen engañar por las actitudes de ambos entrenadores en las ruedas de prensa. Ambos saben lo que hacen y lo que buscan y si pensamos un poco en porqué actúan de esta manera, se puede llegar a una conclusión muy lógica.

No nos cabe ninguna duda de que ambos son unos maestros mediáticos y los mejores entrenadores del mundo.












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