lunes, 24 de octubre de 2011

LA CRISIS.




Intentar hacer un breve comentario sobre un tema tan complejo como este, no resulta nada fácil, y más cuando uno es un neófito elevado al cubo en economía. Pero si se tiene paciencia para ir leyendo artículos y comentarios especializados, se puede ir encontrando todo lo que uno busca que, en nuestro caso, no es nada más y nada menos que una explicación básica del porqué de esta crisis.

Así pues, recogiendo un poquito de aquí y un poquito de allá, vamos a ver si, al final, somos capaces de llegar a sacar nuestra propia conclusión. Por supuesto que si sois u os consideráis unos expertos en la materia, no hace falta perdáis el tiempo en leer estas líneas. Vosotros ya tenéis hecho este curso básico.  


Una de las cosas que hace tiempo nos está llamando la atención, es el énfasis tremendamente alarmista que están poniendo los medios de comunicación cuando no tienen nada más de qué informar a la opinión pública. Se supone que antes ocurría lo mismo que ahora en las bolsas, pero ahora parece que se busca expresamente causar una gran alarma social:  ¡Jornada de pánico en la Bolsa! ¡Alarma en los Mercados! ¡Al borde del precipicio! son términos con los que nos están bombardeando continuamente.


Esos calificativos ¿son necesarios?. Cada día igual, cada día igual…¡qué asco!.



Veamos.

¿Que son los puñeteros mercados?. Pues resulta que son los gestores (Brokers, Corredores de Bolsa, Agencias Financieras…) que compran y venden el dinero que tienen ahorrado millones de personas en los bancos (que son sus clientes) y que, por consiguiente, tienen que lograr que ese dinero produzca cada vez más, porque para algo cobran. No se trata de un despacho donde se compra y se vende algo, se trata de todo un sistema financiero donde, por lo visto, “todos” estamos en las dos partes.

¿Qué tienen que ver los bancos con la crisis?.  Pues, mucho. Por lo que hemos averiguado, los bancos tienen la mayor culpa de esta crisis, pero no toda. Todos hemos visto como las entidades bancarias han estado concediendo en los últimos años hipotecas a diestro y siniestro, a devolver hasta en 40 o más  años, vinculadas a un sueldo por el 100% del precio del inmueble. La mayoría de usuarios que adquiría una vivienda mediante esas hipotecas se ponía una venda en los ojos sin saber a dónde se metía. Pero era lógico pensar que “si el banco me deja ese dinero, porqué no cogerlo”.

Además, con el importe de esa hipoteca se podía incluso uno pagar los muebles y hasta el coche.

Ahora vemos que los bancos actuaron de irresponsables al ofrecer esas condiciones, pero también los usuarios lo fuimos porque, al fin y al cabo, nadie obligó a nadie a comprar bajo esas premisas. Nos acordamos, los que ya tenemos cierta edad, que antiguamente los bancos te daban una hipoteca por un importe máximo del 70-80% del precio de la vivienda… y con la condición de que pudieras destinar al pago de la cuota ¡un tercio de tu sueldo!. Todos los que compraban su vivienda, previamente tenían que ahorrar durante bastantes años para poder dar “la entrada” al banco. ¿Porqué cambiaron de actitud ofreciendo el oro y el moro a cualquiera, dando hipotecas a diestro y siniestro, sin entrada y sin garantías suficientes?. Por lo visto, el “bum” inmobiliario tuvo la culpa según hemos leído.
Pero nosotros añadimos que también porque la codicia humana no tiene límites.

Surgió en nuestro país un mercado inmobiliario excesivo al que todas las partes querían hincarle el diente. Los promotores, para vender más rápido y poder volver a edificar. Los constructores para ingresar grandes cantidades de dinero por el trabajo realizado por sus empresas. Los bancos, para  generar negocio ofreciendo lo que todos ya sabemos y los ciudadanos para comprar todo aquello que se ofrecía sin apenas esfuerzo… Y qué pasó. Pues que la burbuja explotó y todo se fue al carajo. No ha sido solamente culpa de los bancos, no, ni muchísimo menos, aunque la tienen y mucha.

Para remate, tenemos algunas leyes en nuestro país que, francamente, dejan mucho que desear. La dación en pago de las hipotecas no está desarrollada en nuestra Ley Hipotecaria. Si no puedes pagar la hipoteca, el banco te embarga la casa y luego tienes que continuar pagando la nueva deuda que el banco te ha fijado, respondiendo con tu patrimonio personal (en España la hipoteca es un préstamo de garantía personal). Eso se debe a que cuando uno adquiere una vivienda mediante hipoteca -por una tasación que le hizo el banco de más del 100% de su importe- y al cabo de unos años resulta que no la puede pagar, el banco la vuelve a tasar. Pero ¡oh!, sorpresa, lo que antes valía 100, ahora se ha convertido en 80. ¿Qué ocurre?, pues que si no pagas, además de quedarse el banco con la casa, encima le tienes que abonar esos 20 puntos de diferencia que hay desde la primera tasación a la última. Ello conlleva los dramas que los medios de comunicación nos están enseñando continuamente.  De acuerdo que la casa no es tuya porque no la has pagado ¿pero por qué tienes que pagar ahora ese nuevo diferencial en la tasación?. Si el banco se equivocó al sobrevalorarla o lo hizo a propósito para generar negocio porque eso les convenía en aquéllos momentos, pues que acarree ahora con las consecuencias. No es justo que se haga responsable de ello al comprador.

Motivados por la presión que el Movimiento 15M ha desarrollado últimamente, parece ser que ahora algún Partido político lleva en el programa de las próximas elecciones, la implantación de la “dación en pago” (devolver el piso al banco cuando no se puede pagar y sanseacabó). Veremos si es verdad. En la mayoría de países eso funciona así, ¿porqué aquí no?.

Los bancos, cuando han visto todo el desbarajuste que ellos mismos han ayudado a crear, se están agarrando a donde pueden para resarcirse de los perjuicios que les supone tener que quedarse con un inmenso parque inmobiliario que no pueden darle salida. Por eso no dudan en tomar cualquier tipo de medida, caiga quien caiga.

Ahora las Entidades Financieras, escaldados por su propia negligencia, vuelven a aplicar para la concesión de los créditos la política de antaño. Los conceden como habían hecho siempre, con “seny”, es decir, exigiendo una total garantía de que quien lo pida lo pueda pagar. Como siempre ha debido ser.

Con las “suculentas” ofertas que nos dieron los promotores y los bancos, aquí todo el mundo se endeudó. ¿Cuántos de nosotros dijimos eso de “por lo que pago de alquiler, me compro la casa”?. Los bancos vivían una situación irreal, los gobiernos también y los ciudadanos nos apuntamos al carro. Nadie, por lo visto, esperaba una crisis mundial tan fuerte, pero aquí la tenemos.

Pero ¿porqué los gobiernos apoyan encima a los bancos en estos momentos de crisis?. Es bastante complicado resumirlo en unas líneas. Pero diremos que, por lo visto, los bancos generan confianza a los países, a los gobiernos, a la gente, al sistema económico en general. Si un banco quiebra no pasa absolutamente nada. El Banco de España responde hasta 100.000 por impositor (eso dicen). Pero lo que realmente preocupa al sistema, es la inestabilidad que generaría si se produjera una quiebra en cadena de entidades bancarias. Eso sí que podría desencadenar una espiral de resultados totalmente imprevisibles. Se trata, en pocas palabras, de evitar a toda costa que un país entre en bancarrota, porque ello conllevaría que el dinero se hiciera invisible, que el crédito desapareciera por completo, que el comercio se paralizara, que los mercados estuvieran sobresaturados de mercancías sin salida, que los productos estuvieran estancados en los almacenes abarrotados sin posibilidad de venderlos, que las fábricas parasen, que las suspensiones de pagos y las liquidaciones se sucedieran unas a otras y finalmente que la gente acreciera de medios de vida, precisamente por haberlos producido en exceso. Eso, como es lógico, no lo quiere nadie y el “Euro” lo que quiere hacer es garantizar que eso no ocurra a ninguno de sus países miembros. De ahí las exigencias que estamos recibiendo de determinados países y de ahí la protección que se quiere dar a la banca.
Pues si es así… Pero lo que no es de recibo es la indecencia y la desfachatez que han demostrado algunos directivos de la banca cobrando suculentos dividendos y concediéndose pensiones vitalicias desorbitadas con todo lo que nos está cayendo. Eso, es muy difícil que la gente de a pié lo pueda entender y más cuando la banca nos está aumentando las comisiones, los intereses, nos cobra encima una penalización si nuestra cuenta se queda sin saldo para poder afrontar una deuda pendiente… De verdad que esa falta de solidaridad y comprensión es algo indignante.

Continuemos: La prima de riesgo.

Que si sube, que si baja, que si vuelve a subir ¡estando el país al borde del precipicio!, que ahora baja porque el BCE ha comprado deuda de…¡Brrrmmm!.

Javier Capó, profesor de Economía aplicada de la UIB, la define así: “Cuando pides renta, es lo que has de pagar extra de intereses para conseguir que te presten dinero, porque el que te está prestando asume un riesgo. Y claro, no es tan arriesgado prestar a Alemania como a  España. Si Alemania pide 100 euros a los mercados, cada año tendrá que pagar tres euros de intereses. España tendrá que pagar seis euros cada año. Es decir, al que tiene menos le pedimos más. Suena perverso, pero es así. Los economistas hablan de selección adversa, ya que es una especie de contradicción pedirle más dinero a uno que dudas de él, porque le pones más difícil que te lo devuelva”. Esto tiene consecuencias brutales para los países con dificultades. Veamos: el dinero que utilizas para pagar intereses ya no lo puedes utilizar para otras cosas. Además, España tiene un problema de déficit público y al tener que pagar más de interés, la columna de ingresos baja y se tiene que recortar de otra parte para poder pagar. Eso no es todo. No sólo el gobierno tiene que pagar más alto interés, sino que a las instituciones españolas, cuando van a pedir ahorro al extranjero, también les sale más caro. Es el “riesgo país”. Si a los bancos españoles les sale más caro pedir préstamos, el préstamo será también más caro para sus clientes, y habrá menos. Entonces el crecimiento de la economía será más lento y si la economía crece más lentamente, hay menos recaudación fiscal y por lo tanto es más difícil ir reduciendo el déficit. ¡Buf!. Y todo, por la “prima de riesgo”, que se calcula según la evolución del déficit y la deuda pública del país. ¿Quién la calcula?. Las Agencias de Calificación”.
Mmmm… Creo que lo hemos entendido, pero cada vez nos está entrando más coraje.

“Moody’s”, “Standard and Poor’s” y “Fitch” son las tres grandes agencias de calificación que copan el mercado. Son Agencias que cobran por honorarios directos a Grandes Empresas (los magnates, los que manejan el sistema) por calificar a los distintos países a donde han de invertir su dinero. Lo que ocurre es que el acceso a la información que facilitan, en general, es gratuito para cualquiera y se entera todo el mundo. Y ahí entran los medios de comunicación que aprovechan esa información para ver quién obtiene más cuota de audiencia alarmando a la población ¡Pánico! ¡Quiebra! ¡Precipicio!...

La palabra de las Agencias es sinónimo de garantía para quien las tiene contratadas. Es como si fueras a comprar una lavadora a cualquier tienda de electrodomésticos y vieras dos iguales, una más cara pero con la garantía “Aenor” (por poner un ejemplo) y otra más barata pero sin esa garantía. ¿Cuál comprarías?.

Las tres agencias mencionadas, que por lo visto no se dieron cuenta de la crisis que se avecinaba en el 2008 y salieron escaldadas, ¡manda h…!, ahora, al decir de los economistas, sobreactúan el riesgo y reavivan con sus calificaciones la crisis fiscal de la eurozona.
Ello no les importa porque saben que, hasta la fecha, no tienen competencia y lo que ellos digan y hagan, a sus clientes les va a parecer bien. Sin embargo, el daño que las “Big Three” generan a la UE cada vez que dan un vaticinio, hace que la clase política, ahora sometida a sus designios, pida a gritos el fin de ese oligopolio. ¿Pero llegará este?. Parece ser que sí. La Compañía de seguros de créditos “Coface” (filial del Banco francés Natixis) ha solicitado a la U.E. que la acredite como agencia calificadora de 10 países europeos entre los que se encuentra España. El proceso de acreditación va a tardar 6 meses. “Coface” pretende convertirse en la primera agencia global de calificación europea y contribuir a la confianza en las calificaciones empresariales. Mientras tanto, por lo visto, vamos a continuar estando sometidos a lo que decida el trío calavera ese.

En la actualidad, las Agencias mencionadas tienen dada la matrícula de honor a Alemania y EE.UU. Es como decir a sus clientes “estos seguro que te pagarán”. Según van bajando su nota a los países, los mercados piden tipos de interés más alto (porque arriesgan su dinero) y además ponen dificultades para conseguir crédito.

Así pues, estamos metidos en una especie de vorágine producida por un fallo espectacular del sistema financiero que asumió un riesgo excesivo, pero sobre todo también, porque los sistemas públicos de control y supervisión (los gobiernos con sus Ministerios especializados y agencias de calificación) no supieron predecir la crisis que se avecinaba para reconducirla.



Aquí, por lo visto ha fallado todo: los sistemas públicos y los privados y la política de austeridad que nos están imponiendo a los ciudadanos de a pié, es la factura que tenemos que pagar ENTRE TODOS. Resaltamos “entre todos” porque si a juicio de los especialistas aquí fallaron todos los sistemas, no solamente hemos de pagar esta factura nosotros, los débiles, a los que nos pueden arrear sin ver peligrar su dinero. También son responsables y ¡LOS QUE MÁS!: los bancos, los gobiernos y las propias agencias calificadoras (menudos inútiles debían tener en sus nóminas por el 2007).

Una cosa que queríamos saber, teníamos esa curiosidad por lo que nos ha señalado el Movimiento 15M, es lo que pasó realmente en Islandia.  Y mira por donde alguien de lo preguntó al Profesor Capó, el cual contestó: “Algunos mitifican a Islandia, cuyo pueblo salió y dijo ´no´ a rescatar a los bancos. ¿Pero qué pasó realmente? Capó reseña que es un caso muy especial: fuera del euro, con un territorio muy grande y con menos habitantes que Balears. Islandia vivió un ´boom´ inmobiliario y realizó inversiones en Reino Unido y EEUU, a cuyos bancos pidió préstamos con tipos de interés muy bajos. El sector bancario se volvió tres veces más grande que su propia economía y su nivel de deuda se hizo enorme. Los islandeses dejaron que se hundieran. Luego los nacionalizaron. Se garantizó el depósito de los pequeños ahorradores, pero al principio sólo los de los islandeses, no los depósitos que hizo la gente en bancos islandeses situados en Holanda y Reino Unido. Se les reclamó y al final han pagado. Han estado mucho tiempo ´castigados´ por no devolver lo que debían, pero los mercados empiezan a dejarles dinero. "Eso sí, la economía ha quedado muy tocada: se han perdido ahorros (gente con fondos de pensión muy arriesgados y cuyo dinero ahora vale muy poco) y ha crecido el paro".  

Pues otra cosa que nos ha quedado clara. Por lo visto Islandia no es la panacea que nos quieren vender los del 15M. Consideramos pues que eso de decir “aquí manda el pueblo”, de acampar en plazas públicas y de ocupar viviendas desocupadas, que no, que no, que por ahí no vamos a ninguna parte.

En cuanto a lo que siempre hemos pensado muchos que sin el euro estaríamos mejor, los expertos opinan todo lo contrario, ya que por lo visto, la crisis sería mucho más fuerte.  El euro es a la vez un paraguas y un motor, y  todos coinciden en que no hay que mitificar la utilidad de la devaluación de la peseta. Y si los expertos lo dicen…

En definitiva. Si en la situación actual no queda más remedio que recortar el gasto público, porque por lo visto no es posible aumentar en estos momentos los ingresos, pues tendremos que hacerlo ENTRE TODOS.
Hasta ahí podríamos estar de acuerdo. Pero lo primero que habría que hacer es prescindir de los políticos ineficientes que están sometidos al poder financiero y elegir a los que no tengan miedo de exigir su parte de cuota a la gran banca. Aunque la historia nos dice que los poderosos siempre han dominado a los más débiles, este momento que nos ha tocado vivir con las redes sociales, no es como los demás.  Eso es lo que nos da cierta esperanza porque los que están arriba también lo saben.
Todo parece indicar que tarde o temprano nos tocará asistir a un nuevo orden económico y social en el que no nos quedará más remedio que adecuarnos para afrontar esta nueva era. Una era en la que la innovación, parece ser, va a ser la que va a pedir paso para poder producir y consumir simultáneamente.

Queremos ser optimistas y estamos seguros que se llegará a modificar el nefasto sistema político que ahora tenemos y que se va a aplicar, de una vez, el sentido de la responsabilidad solidaria entre todos. Ese nuevo sistema político ha de ser capaz de reconducir ese camino que, por culpa de la codicia humana, parece ser que se está perdiendo. El clamor popular está pidiendo ese cambio y solamente nos queda protestar hasta que alguien recoja el guante.
Si ahora no hay más remedio que hacer recortes, QUE SEAN PARA TODOS, y que se comiencen por los bancos y por los políticos que son los principales responsables de esta crisis. ¡Ya está bien!.

Al final seguro que lograremos este cambio que anhelamos. Mientras, los que estamos jubilados (no rendidos i menos indiferentes), continuaremos protestando hasta donde haga falta para defender lo que con tantos años de trabajo nos ha costado conseguir.

En nuestras excursiones, uno tiene la sensación de que la naturaleza observa callada, quieta e impávida, todos nuestros desmanes, porque desde siempre, ha sido fiel testigo de los avatares del ser humano.
Y debe estar escarmentada.  Nosotros, en esta etapa de nuestra vida, procuraremos estar el mayor tiempo que nos sea posible con ella para demostrarle que no tiene nada que temer, porque el ser humano también sabe de tolerancia, respeto, comprensión, protección y solidaridad. Únicamente es cuestión de quererlo llevar a la práctica.

¡Que sabia es la naturaleza!.

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