jueves, 20 de octubre de 2016

EL DRAC DE NA COCA.


En el siglo XVII Palma vivía encorsetada dentro de sus murallas. Las puertas de la ciudad se cerraban de noche y los alguaciles hacían guardia para evitar la entrada de salteadores. Las estrechas calles de la ciudad, al costado de la catedral, permanecían oscuras únicamente iluminadas por alguna que otra lámpara de aceite que se había colocado en alguna que otra esquina… y en silencio, un silencio que solamente se rompía por algún que otro alboroto de sables o por alguno que había bebido demasiado vino y no encontraba el camino de su casa. Fue precisamente una de esas personas la que juró y perjuró haber visto entre las tinieblas un enorme dragón que se arrastraba por las calles metiéndose en las cloacas que daban al mar.
Había nacido la leyenda del “Drac de na Coca”.  El rumor citado se fue haciendo cada vez mas mayor, contrastado por algunas personas que afirmaban haber visto a ese terrible dragón con una gran cola deslizándose en la oscuridad por la orilla de “Sa Portella” donde el laberinto de cloacas daban al mar. Incluso se aseguraba que algún niño había desaparecido…

En un casal del barrio del Call junto a la Catedral, vivía Catalina Costa, una doncella que era la prometida de Bartolomé Coc, un caballero que por aquél entonces era gobernador militar de Alcudia.  
Cierto día como ya era habitual para ambos prometidos, Bartolomé Coc dejó la fortaleza de Alcudia y montado en su caballo  partió hacia Palma donde llegaría al anochecer para estar con su novia. Al llegar a “Sa Portella” dejó allí su caballo con los alguaciles y se dirigió por aquellas oscuras callejuelas hasta la casa donde le estaba esperando Catalina.

Cerca ya de la casa,  se giró varias veces hacia atrás al escuchar un ruido extraño. Continuó su marcha con el puño puesto en su espada y vio que Catalina le estaba esperando asomada en su ventana. Los dos se cogieron de la mano y cuando se disponían a entrar en la casa, de nuevo aquel ruido le hizo girar viendo en un lado de la calle dos ojos iluminados que le observaban.

Catalina gritó “es el Drac” y el caballero sin pensárselo dos veces desenvainó su espada y hacia allá se fue en busca de aquél dragón que se abalanzó sobre él antes que le hundiera su espada una y otra vez hasta darle muerte.  Después lo cogió por la cola y arrastrándolo hasta donde se encontraba Catalina le dijo : “vet aquí el Drac de na Coca”.
El citado dragón resultó ser un vulgar cocodrilo que nadie se explica como pudo llegar a Mallorca. Se dijo que en la arena del lecho de algún barco que vino de Africa pudo haber llegado esa cría que fue creciendo viviendo en las cloacas que dan al mar debajo de la Catedral, alimentándose de ratas y deshechos y cuando se hizo mayor debía salir por las noches en busca de algún que otro gato o perro callejero que deambulase por las calles.


El citado “dragón” fue embalsamado y hoy se puede observar en el Museo Diocesano de Palma.  

Con anterioridad lo habían tenido guardado en una caja de madera los descendientes de Bartolomé Coc, y cada año en la fiesta de la Conquista lo mostraban a la gente.

Hoy podemos apreciar también en una esquina de la plaza de Santa Eulàlia, más concretamente encima de lo que es hoy “Casa Vila” que fue la vivienda de Ca,n Rosselló (descendientes de Bartolomé Coc) una escultura de un cocodrilo que recuerda la citada leyenda... 


- Encara ric d'un senyor.
Tanta en duia que plorava
el vespre quan me n'anava
a davant ca'n Rosselló,
per veure fermat pel cos
penjat com una miloca
un animalot molt gros
que es deia "El Drac de Na Còca"
amb barram d'aquí a allà
i una llengua serpentina.
- Quina por que em fa, padrina!
Quina por que em fa!

Pere d’Alcàntara Penya (La Colcada)

Pel carrer de Sa Portella,
quan la nit cau,
diuen que hi surt una bèstia;
valga'ns Déu, val!

S'engoleix les criatures
valga'ns Déu, val!
Les mares de Sa Portella
ploren d'espant.

Han dit que la nau
d'un vell mercader
que anava i venia
de Mallorca a Alger,
va dur d'un viatge
un ou venturer.
I va néixer el drac:
feroç carnisser.

Pel carrer de Sa Portella
valga'ns Déu, val!,
les nits fan olor de por,
d'algues i sal.

Bartomeu Coc, cavaller,
jove i galant,
diuen que arriba d'Alcúdia
quan la nit cau.

De nit ve d'Alcúdia,
-galant cavaller-,
per veure la dama:
rosa de febrer.
I allà ha de combatre
enmig del carrer
fins que en queda tros
del drac carnisser.

Pel carrer de Sa Portella,
quan l'alba penja,
la pluja esborra la sang
color de menta.

                                                                     (Cançó:Gabriel Janer Manila - José Antonio Martín Curty - Maria del Mar Bonet)


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