martes, 11 de abril de 2017

EL OJO DEL CULO.


Sin saber que leer o releer, mira por donde cayó en mis manos el libro “Gracias y desgracias del ojo del culo” de Francisco Quevedo,  que me hizo reflexionar y entender que tal sutil agujero, como es el ojo del culo, es más importante de lo que uno pensaba.  Vaya si lo es. Y escribir sobre el tema como lo hace Don Francisco, resulta que no es nada pueril, sino más bien sano, normal y completamente acertado.

Habla nuestro personaje del culo como si del Universo o incluso de los dioses se tratara “…es el más favorecido de la naturaleza, pues su forma es circular, y dividido en un diámetro o zodíaco como ella. Su sitio es en medio como el del sol; su tacto es blando: tiene un solo ojo, por lo cual algunos le han querido llamar tuerto, y si bien miramos, por esto debe ser alabado, pues se parece a los cíclopes, que tenían un solo ojo y descendían de los dioses del ver”.
Compara Quevedo el ojo del culo con los ojos de la cara llegando a la conclusión que nada, pero nada, se puede semejar a la perfección del ojo del culo. “Si no, miren los de la cara, sin una labor, tan llanos que no tienen primor alguno, como el ojo del culo, de pliegues lleno y del molduras, repulgo y dobladillos, y con una ceja que puede ser cola de algún matalote, o barba de letrado o médico.”

La verdad… no habíamos caído. Y continúa Don Francisco ensalzando a tan insigne agujero. “Y así, como cosa tan necesaria, preciosa y hermosa, lo traemos tan guardado y en lo más seguro del cuerpo, pringado entre dos murallas de nalgas, amortajado en una camisa, envuelto en unos dominguillos, envainado en unos greguescos, abahado en una capa…”

Pero no tan sólo lo ensalza, sino que te invita a reflexionar que el ojo del culo es lo más importante que tiene el cuerpo humano... “Lléguense al reverendo ojo del culo, que se deja tratar y manosear tan familiarmente de toda basura y elemento ni más ni menos; demás de que hablaremos que es más necesario el ojo del culo solo que los de la cara; por cuanto uno sin ojos en ella puede vivir, pero sin ojo del culo ni pasar ni vivir.”  Pues la verdad, tiene razón. 

Caray  con el ojo del culo.

Razón tiene también cuando compara la señorial limpieza del ojo del culo con la de los demás sentidos corporales. “ Y, volviendo a los demás sentidos, digo que lo que se queda en el pañuelo de la boca es gargajo, y lo de las narices moco, y lo de los ojos legañas, y lo de los oídos cera; pero lo queda del culo en la camisa es palomino, nombre de ave muy regalada. Fuera de que los ojos no tienen cosa señalada con que limpiarse; que a veces piden el pañuelo prestado a las narices y a la boca, y otras se limpian con las manos, y al mismo tenor los otros sentidos. Mas volviendo al culo, ¡qué de firmas de grandes señores ha iluminado! ¡Qué papeles de los más íntimos amigos no ha visto! ¡Qué de libros de los hombres más doctos ha gastado! ¡Qué de billetes de damas ha firmado! ¡Qué de procesos importantes ha manchado! y, ¡qué de camisas de Cambray y Holanda ha teñido! Y al fin le han servido de limpiadera las mejores y más hermosas manos del mundo...”  Es que no hay ni punto de comparación.

Después de habernos quedado embaucados con tan hermosa explicación, vamos a terminar (no dudando que los lectores ya se habrán dado cuenta de la importancia de lo hasta aquí escrito) con un poema popular anónimo que viene…también a cuento.



POEMA DE LA CACA (Anónimo).

De los placeres sin pecar,
el más dulce es cagar.
Con un periódico extendido
y un cigarrillo encendido,
queda el culo complacido
y la mierda en su lugar.


Cagar es un placer,
 y de cagar nadie se escapa;
caga el pobre,
caga el rico,
 caga el Rey y caga el Papa.


Viene el perro y lo huele,
viene el gato y lo tapa.
Total, en este mundo de mierda
de cagar nadie se escapa.


Qué triste es amar sin ser amado,
pero más triste es cagar sin haber almorzado.


Aprieta las piernas duro,
que cuando el trozo es seguro,
aunque esté bien fruncido el culo
será por lo menos…”pedo” seguro.


No hay placer más exquisito,
de cagar bien despacito.


Los escritores del baño son poetas de ocasión,
que buscan entre la mierda su fuente de inspiración.
El tipo que aquí se sienta
y de escribir versos se acuerda,
no me vengan a decir
que no son poetas de mierda.

Vosotros que os creéis sagaces
y de todo os reís,
decidme si sois capaces
de cagar y no hacer pis.


Caga tranquilo,
caga sin pena,
pero no se te olvide nunca
tirar de la cadena.

En este lugar sagrado
donde acude tanta gente,
hace fuerza el más cobarde
y se caga el más valiente.


Para cuando van al baño
 caguen tranquilos,
caguen contentos;
pero por favor
¡caguen dentro!.


Y mirad antes de sentarse
en este maldito hoyo,
no fuera que algún idiota
se terminase todo el rollo.
  





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